Hannover Messe 2019 reivindica el papel del hombre en la evolución de la industria y, en esta edición, Reportero Industrial se suma a esta iniciativa.
La manufactura, hoy más que nunca, se ha convertido en un escenario de reflexión. Los viejos fantasmas de revolución industrial surgen para advertir del espacio que el hombre pierde ante las máquinas en los procesos de transformación. El arribo de las Tecnologías de la Información (TI) o, más específicamente, de aquellas relacionadas con internet, están irrumpiendo en las fábricas y abren las puertas a la reflexión sobre el futuro de los procesos de producción en el mundo.
El mejor ejemplo es Hannover Messe, una colosal feria industrial alemana que en 2018 recibió a más de 200.000 visitantes (se calcula que alrededor de 70.000 llegan de otros países) y más de 5.000 expositores, más de la mitad extranjeros (y cuyo invitado especial fue México con la participación de 160 empresas).
Para la versión de este año, los organizadores de la feria articularon a un grupo de especialistas a los que han llamado “Pioneros de la Industria 4.0”, quienes, desde diferentes aristas, han empezado a desmarañar la compleja tendencia de la era digital en la manufactura, la cual está hilada por diferentes tecnologías, tales como impresión 3D (fabricación aditiva), robots colaborativos, comunicación 5G, comandos de voz para operación de maquinaria, gemelos digitales y simulación de procesos. También reflexionan sobre conceptos entre los que destacan el mantenimiento predictivo, movilidad, ingeniería concurrente, monitoreo remoto, producción con luces apagadas, líneas flexibles y personalización masiva.
La construcción de un nuevo modelo productivo pone nuevamente en tela de juicio el riesgo de abrir la brecha tecnológica entre países desarrollados y las economías emergentes, así como la recomposición geográfica de la manufactura en una era política en la que las complementariedades de las cadenas productivas dependerán ahora de una nueva ola de nacionalismo y proteccionismo a nivel global. Pero, más importante, surgen nuevas preguntas en torno al papel del operador y su caducidad en términos de capacidades frente a nuevas tecnologías, lo que abriría paso a un nuevo perfil de competencias para quienes trabajan en los pisos de las plantas industriales.
¿Estamos preparados para ello? ¿Estamos ante un cambio disruptivo o un punto de inflexión de la fabricación? Los pioneros de Hannover podrían tener muchas de las respuestas. Los industriales de América Latina deberán prestar atención a este ejercicio de reflexión y sacar sus propias conclusiones pues, sin duda, es en las crisis y en los cambios de donde emergen las buenas oportunidades.