Perspectivas 2019: manufactura en Latinoamérica, entre la desaceleración y la incertidumbre

Perspectivas 2019: manufactura en Latinoamérica, entre la desaceleración y la incertidumbre

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En materia de producción industrial, América Latina es una región de grandes contrastes. Mientras México ha tenido una escalada sostenida en producción automotriz y una fuerte generación de empleo, las economí­as de Argentina, Colombia y Chile luchan contra la desaceleración de algunos subrubros, producto de factores como la sequí­a, la devaluación y descenso en el consumo.

Un informe reciente del Fondo Monetario Internacional (FMI) resaltó que –tras sufrir una contracción en 2016-, el crecimiento en América Latina y el Caribe retornó a terreno positivo en 2017, gracias a un favorable entorno externo y mejoras en las condiciones internas.

"Este comportamiento ha sentado las bases para que el crecimiento se dinamice aún más en 2018 y 2019. La recuperación es de carácter generalizado en toda la región", sugiere el FMI.

A corto plazo, México, América Central y El Caribe se han visto beneficiados por el crecimiento en Estados Unidos, "aunque al mismo tiempo las potenciales implicaciones de la reforma tributaria en ese paí­s y las renegociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) están creando incertidumbre".

A pesar de los signos de recuperación, Latinoamérica sigue siendo afectada por el exceso de capacidad instalada. En este escenario, China está haciendo tambalear a la industria textil y sus derivados.

En América del Sur, el impulso al crecimiento proviene del fin de las recesiones en Argentina, Brasil y Ecuador, el alza de los precios de las materias primas y "una moderación de la inflación que ha creado margen para una distensión de la polí­tica monetaria".

Sin embargo, los ajustes económicos están por verse en 2019, particularmente por las elecciones presidenciales que tendrán lugar en Argentina (octubre), Bolivia, Ecuador (marzo), El Salvador (febrero), Guatemala (junio), Panamá (mayo) y Uruguay, y que "aumentarán la incertidumbre económica y polí­tica", señala el FMI.

Crecimiento continuo en México

Luego del escenario de incertidumbre vivido en 2017, producto de la renegociación del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN), la normalización de la tasa de referencia de Estados y la reforma fiscal, la industria manufacturera mexicana estuvo sometida durante 2018 a grandes presiones ocasionadas por la imposición de aranceles del 25 % al acero y del 10 % al aluminio por parte del gobierno de Donald Trump.

Esto conllevó una dura respuesta de la Secretarí­a de Economí­a de México, que –en represalia-, impondrá medidas similares a varios bienes, incluyendo aceros planos, lámparas y otros productos agrí­colas "hasta por un monto equiparable al nivel de afectación". Una medida que estará vigente hasta tanto "el gobierno estadounidense no elimine los aranceles impuestos".

Ambos metales constituyen la materia prima para la construcción de automóviles y electrodomésticos fabricados en México y exportados al paí­s del norte. Además, industrias como el petróleo, los servicios públicos y la construcción utilizan cables, tubos y accesorios de los mismos materiales.

Esto podrí­a significar que se aumenten los costos, haciendo que los productos y el comercio transnacional sea menos rentable, lo que reduce la competitividad.  "Pensamos que el efecto, aunque acotado, afectará a las empresas con enfoque exportador", anotó Carlos Serrano, Economista Jefe de México de BBVA Research.

Precisamente, la industria automotriz está jugando un importante papel en la economí­a mexicana durante 2018 y se prevé que continúe así­ en 2019. "En 2017, aportó 3,1 % del PIB, ha contribuido en promedio con 870 mil empleos directos en 2018 y acumuló USD31,2 mil millones de inversión extranjera directa (IED) del 2012 al 2017", prosiguió el funcionario de BBVA Research.

En 2017 la industria automotriz aportó 3.1% del PIB, ha contribuido en promedio con 870 mil empleos directos en 2018 y acumuló USD31.2 mil millones de inversión extranjera directa (IED) del 2012 al 2017".

Carlos Serrano, Economista Jefe de México de BBVA Research.

Recordemos que los cambios polí­ticos en Estados Unidos, introducidos a finales de 2016, crearon un ambiente de incertidumbre ante posibles cambios arancelarios y comerciales con los miembros del TLCAN, que subsistieron hasta 2018 y continuarán en 2019. Hoy, su futuro depende en buena medida del recién firmado T-MEC, un nuevo tratado que, aunque mantendrá muchos principios del TLCAN original, también impondrá cambios sustanciales.

Uno de los más importantes es el relacionado con las reglas de origen en la industria automotriz. Mientras que el TLCAN exigí­a que los vehí­culos comercializados tuvieran un contenido regional del 62,5 % para acceder a aranceles preferenciales, con el nuevo T-MEC ese porcentaje subió al 75 %. Además, hasta el 45 % del vehí­culo deberá se producido en ubicaciones donde el salario sea de USD16 la hora.

En 2017, la industria automotriz mundial produjo 97,3 millones de vehí­culos, incluyendo autos ligeros y pesados. Esta cifra representa un aumento de 2,4 %, lo que ubicó a México como la séptima potencia armadora de vehí­culos en todo el mundo (posición que ostenta desde 2014). "Con ello, logró el segundo mayor crecimiento dentro de los 10 productores de automotores, con un 13 %, muy superior al 2,3 % de la industria global", dijo Carlos Serrano.

México enfrenta un escenario común para 2019: el sector debe “pasar de la manufactura a la ‘mentefactura’ y cambiar la ‘obsesión por la estabilidad’ a una ‘obsesión por el crecimiento’".

Francisco Cervantes Dí­az, presidente de Concamin.

Ahora bien, en 2018 el paí­s escaló hacia la sexta posición mundial gracias al dinamismo de marcas como Audi, GM, Infiniti, FCA (Fiat-Chrysler), Honda, Kia, Toyota y Volkswagen que fabrican localmente. El escalafón en producción global lo lidera China con 29 millones de unidades. Le siguen: Estados Unidos, con 11,2 millones; Japón, 9,7 millones; Alemania, 5,6 millones; India, 4,8 millones; Corea del Sur, con 4,1 millones; y México, 4 millones.

Para el grueso de los sectores manufactureros, la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin) ha trazado una estrategia para 2019 y los años subsiguientes para que el sector "pase de la manufactura a la 'mentefactura' y cambie la 'obsesión por la estabilidad' a una 'obsesión por el crecimiento'", en palabras de su presidente, Francisco Cervantes Dí­az.

Para lograr tales designios, Concamin propone al nuevo gobierno de Andrés Manuel Pérez Obrador acelerar el crecimiento del PIB, para pasar del 2,3 % al 5 % anual "en función de una competitividad industrial sistémica y a una definición y alineación de objetivos, normas, estrategias y recursos encaminadas al fomento, desde la administración pública, del sector industrial del paí­s", prosiguió Cervantes Dí­az.

La propuesta es que –a partir de 2019- se eleven las compras e inversiones del gobierno con contenido nacional a, por lo menos, un 50 %, incrementar el contenido nacional de las exportaciones para pasar del 30 % al 40 % a 2024 y crear el Instituto de Desarrollo y Transferencia Tecnológica, Innovación e Ingenierí­a en Manufactura. "Debemos promover la inversión privada en manufacturas, hasta alcanzar por lo menos de un 15 % como proporción del PIB para el 2030", recalcó el funcionario de Concamin.

Colombia: a ritmo lento

En los últimos dos años, la industria manufacturera colombiana ha vivido en intensos vaivenes y convulsiones. 2017 fue un año con bajos crecimientos, un ambiente de incertidumbre nacional e internacional, y un clima de negocios que solamente empezó a despejarse hacia finales del año.

Durante ese año, la economí­a creció por debajo del 2 %, y para el caso particular de la industria manufacturera, la situación fue más compleja: la producción y las ventas estuvieron en terreno negativo, los pedidos se desaceleraron y la percepción de los industriales sobre el inmediato futuro se deterioró.

La alta incertidumbre económica y polí­tica, el coletazo de la reforma tributaria y la volatilidad incidieron en las tasas de crecimiento negativas de -1,1 % en producción, -0,5 % en ventas y ventas hacia el mercado interno contraí­das en -1,2 %, según la Encuesta de Opinión Conjunta de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI).

A 2019, el crecimiento de la actividad productiva en Colombia estarí­a cercano al 3,5 % y a partir de 2020 se estabilizarí­a alrededor de 4 %.

2018, sin embargo, se mostró como un año de recuperación. Según el í­ndice de seguimiento de la economí­a del Departamento Administrativo Nacional de Estadí­stica (DANE), entre enero y febrero, la industria manufacturera tuvo el mejor desempeño en la actividad económica al crecer 1,2 % y 3,7 % respectivamente.

Ya en abril de 2018, 25 de las 39 actividades industriales registraron variaciones positivas en su producción real, según la Encuesta Mensual Manufacturera (EMM) del DANE. Entre ellas se destacan por su contribución positiva las industrias de coquización, refinación de petróleo y mezcla de combustibles con una variación de 6,0 %, la elaboración de bebidas (6,6 %) y el procesamiento y conservación de carne, pescado, crustáceos y moluscos (9,3 %).

"Los recientes resultados positivos de las diferentes mediciones de actividad productiva agregada y sectorial, evidencian el proceso de recuperación que experimenta la economí­a colombiana", destacó el informe mensual Tendencia Económica número 190 de Fedesarrollo.

Su director ejecutivo Leonardo Villar, considera que, para el mediano plazo, "se continuará el proceso de aceleración del crecimiento de la actividad productiva. En 2019 estarí­a cercano al 3,5 % y, a partir de 2020, se estabilizarí­a alrededor de 4 %, con lo cual esperamos que la economí­a colombiana crezca por encima de su potencial y se logre cerrar la brecha del producto hací­a el año 2021".

Sus afirmaciones se fundamentan en el fortalecimiento del consumo privado y una mayor formación bruta de capital, principalmente por mayores contribuciones de los componentes de maquinaria y equipo, y una recuperación importante de la construcción de vivienda y de obras civiles, estas últimas impulsadas tanto por los entes territoriales como por los concesionarios de cuarta generación.

El ejecutivo de Fedesarrollo es claro en afirmar que dentro de los riesgos a la baja a 2019 "se destaca la posibilidad de una menor ejecución de los proyectos de infraestructura, tensiones comerciales globales y regionales que junto con mayores tasas de interés en Estados Unidos resulten en una salida de capitales significativa y una devaluación del peso mayor a la esperada".

La imposición de aranceles al acero y aluminio por parte de EE.UU. podrí­a significar que se aumenten los costos, haciendo que los productos y el comercio transnacional sea menos rentable, lo que impactarí­a la competitividad.

Por el contrario, entre los riesgos al alza se destacan los mayores precios del petróleo y otros commodities, e incrementos en la productividad y competitividad del paí­s en los sectores transables, incluidos el minero-energético.

Argentina, a la baja

De los paí­ses de la región, tal vez Argentina es el que registra las expectativas más pesimistas. En septiembre de 2018 se desplomó la producción industrial con un 11,5 % interanual, la caí­da más fuerte de los últimos 16 años. Llevaba bajando desde abril.

El Instituto Nacional de Estadí­stica y Censos (INDEC) informó que entre los sectores con peor racha aparecen el textil, con 24,6 %; metalmecánica (20,5 %); productos de caucho y plástico (20,4 %); y manufacturas de plástico, con 21,3 %.

Solo en el sector textil fueron despedidos más de 10.000 trabajadores entre marzo de 2017 y octubre de 2018, una cifra jalonada por la apertura indiscriminada de las importaciones –especialmente de China-, que incluye tanto la indumentaria como la marroquinerí­a, zapatos y la joyerí­a.

Una reciente encuesta de la Confederación Argentina de la Media Empresa (CAME) reveló que para los próximos meses y durante 2019 el panorama esperado por los comercios no es muy alentador: "solo el 37,5 % de los empresarios consultados cree que las ventas repuntarán", explicó Miguel Ángel Siufi, presidente del organismo. "De forma semejante, el 37,3 % no espera cambios, mientras que el 25,2 % dice que continuarán cayendo", añadió.

Este escenario no es diferente en otros rubros manufactureros como la industria metalmecánica, que cayó en junio un 10,9 %, que se explica por la caí­da de pedidos del sector agrario donde se incluyen cosechadoras, tractores y maquinaria agrí­cola, que no se vendieron por la sequí­a.

El sector de Manufacturas de Origen Industrial en Argentina acumuló casi USD10 millones en exportaciones en el primer semestre de 2018.

El negro panorama arrastró también a los fabricantes de lí­nea blanca, que vieron mermar la producción de cocinas, heladeras, freezers y máquinas lavarropa.

La situación no fue diferente en la industria automotriz, que redujo los pedidos de láminas metálicas estampadas, lo que a la postre repercutió en que la producción de vehí­culos se viera reducida un 11,8 % interanual, tanto en autos como en utilitarios, según la Asociación de Fábricas Automotores (ADEFA).

A junio de 2018, las ventas a concesionarios registraron caí­das del 37,2 %, según Acara, que nuclea a los concesionarios argentinos y –con el parcial de octubre- el acumulado del año se ubicó en 600.303 unidades comercializadas a la red, "es decir, un 16 % menos respecto de las ventas del mismo perí­odo del año anterior", reportó ADEFA.

Algunos analistas prevén que en 2019 la caí­da en ventas de vehí­culos oscilará entre el 10 % y el 15 %. Si 2018 termina con 810.000 unidades vendidas, entonces en 2019 podrí­an venderse unos 690.000 automóviles.

Para acabar de redondear, el sector quí­mico cayó a junio de 2018 un 10 % y acumuló en ese mismo año una merma del 3,8 %. Algo similar ocurrió con la producción de neumáticos, que se vino a la baja en un 17,6 % como coletazo de las bajas ventas (internas y externas), según reportó el ADEFA. Además, la producción de plástico bajó un 10 % como consecuencia del ingreso de manufacturas provenientes de China y Brasil.

Como consecuencia de estas numerosas caí­das de la producción industrial, se han perdido más de 22.000 empleos, mientras que el informe Staff Report del Fondo Monetario Internacional advirtió que la desocupación en Argentina aumentará al 10,9 %, cifra que serí­a la más alta desde 2004. Su directora, Christine Lagarde, aseguró que en 2018 cerrará con una tasa de 9,8 % de desocupación, muy cercana a la entregada por el INDEC (9,6 %) al comienzo de la crisis cambiaria.

No obstante, a pesar de la baja en producción y desempleo, el Instituto Nacional de Estadí­stica y Censos (INDEC) afirmó en agosto pasado que el sector de Manufacturas de Origen Industrial –integrado por textiles, confecciones, manufacturas de cuero, marroquinerí­a y calzado- acumuló casi USD10 millones en exportaciones en el primer semestre de 2018, un 12,5 % por encima, comparado con el mismo perí­odo del año anterior.

Chile decrece

En el lado occidental de la cordillera también se presentó decrecimiento. Según el Instituto Nacional de Estadí­stica (INE), la producción minera de Chile cayó 2,5 % interanual a julio de 2018, por una menor extracción del cobre, mientras que la industria manufacturera decreció 1,4 % en el mismo periodo; este último rubro "explicado, en gran medida, por el descenso interanual de 11,8 % en la fabricación de productos elaborados de metal, excepto maquinaria y equipo".

Algo similar sucedió con el Índice de Producción Industrial (IPI) –un indicador que estima en forma agregada la evolución mensual del volumen de producción de las actividades de minerí­a, manufactura y electricidad, gas y agua (EGA)-, que decreció en junio de 2018 un 1,6 % año a año, según datos del INE.

Ahora bien, para septiembre pasado, el nivel de inventarios de la industria manufacturera presentó una disminución mensual de 2,8 %. "De las 18 divisiones que componen el í­ndice, siete decrecieron respecto al mes anterior", prosiguió el informe de coyuntura del instituto.

El Banco Central de Chile proyectó un crecimiento de la economí­a chilena a 2019 entre 3,25 % y 4,25 %.

Dentro de las variaciones negativas, el área que más influyó fue la fabricación de coque y productos de la refinación del petróleo, que incidió -1.540 puntos porcentuales en la variación del í­ndice y tuvo un descenso mensual de existencias de 16,4 %.

Para completar, el Indicador Mensual de Actividad Económica (IMACEC) de septiembre (emitido por el Banco Central de Chile a principios de noviembre) mostró una variación de apenas 2,3 %, lo que supone un ritmo de expansión más lento que el año anterior.

Aunque en el último trimestre de 2018, el gobierno de Sebastián Piñera ha presentado acuerdos, reformas y proyectos para avanzar en la productividad chilena, esta desaceleración reportada por el IMACEC de septiembre, así­ como la guerra comercial entre Estados Unidos y China ponen en duda las perspectivas económicas para 2019. Cálculos del Banco Central proyectaban un crecimiento de la economí­a a 2019 entre 3,25 % y 4,25 %.

Artí­culo de la edición diciembre 2018-enero 2019: código RI866perspectivas2019.

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Exportaciones manufactureras de Colombia crecen...

El Ministerio de Comercio, Industria y Turismo de Colombia, anunció, mediante comunicado de prensa, que las exportaciones del sector manufacturero completaron cinco meses consecutivos de crecimiento. De acuerdo con la entidad, en febrero, el comportamiento positivo de las exportaciones colombianas estuvo impulsado por las ventas externas del sector agropecuario y de alimentos (9 %) y de los combustibles (8,9 %). La ministra de Comercio, Industria y Turismo, María Lorena Gutiérrez, manifestó su satisfacción por el resultado y explicó que la recuperación de la economía global incidió en el buen desempeño de las exportaciones colombianas. “El alza que muestran las exportaciones manufactureras es muy relevante. Esto es resultado de la política de diversificación de la oferta exportable en la que estamos empeñados y del trabajo de profundización y aprovechamiento de los acuerdos comerciales. Invito a los empresarios a seguir trabajando juntos en este proceso”, señaló la ministra Gutiérrez. El incremento de las ventas externas manufactureras en febrero estuvo impulsado por diferentes bienes. Productos como equipos de transporte (148,3%),  manufacturas de caucho (112,5%), abonos (97,6%), equipos y materiales fotográficos (93,1%), manufacturas de corcho y madera (89%), plásticos en formas primarias (78,5%), hierro y acero (51%), edificios prefabricados (46,5%), manufacturas de minerales no metálicos (46,3%) y productos medicinales y farmacéuticos (38,9%), entre otros, impulsaron esta clase de ventas. En cuanto al sector de las exportaciones agropecuarias y de alimentos se destacan productos como: pescado (155,9%), azúcares y preparados con azúcar y miel (111,7%), tabaco y sus productos (77,4%), aceites y grasas fijos de origen vegetal (71,6%), pienso para animales (50,7%), carne y preparados de carne (45,9%) y bebidas (42,5%), entre otros. Por otro lado, las exportaciones totales colombianas en el primer bimestre aumentaron 13,9 % al compararlas con igual periodo de 2017. Las manufactureras crecieron 20,5%, las agropecuarias y de alimentos 17,7% y las de combustibles 15,3% en los dos primeros meses del 2018. Argentina, con un incremento de 158%, Paraguay (133,2%), Canadá (135,4%), Austria (119,7%), Francia (83,4%), Corea del Sur (40,5%), Costa Rica (15,7%) y Estados Unidos (4,6%) son algunos de los socios comerciales a los que más crecieron las exportaciones colombianas en los dos primeros meses de este año.El Ministerio de Comercio, Industria y Turismo de Colombia, anunció, mediante comunicado de prensa, que las exportaciones del sector manufacturero completaron cinco meses consecutivos de crecimiento. De acuerdo con la entidad, en febrero, el comportamiento positivo de las exportaciones colombianas estuvo impulsado por las ventas externas del sector agropecuario y de alimentos (9 %) y de los combustibles (8,9 %). La ministra de Comercio, Industria y Turismo, María Lorena Gutiérrez, manifestó su satisfacción por el resultado y explicó que la recuperación de la economía global incidió en el buen desempeño de las exportaciones colombianas. “El alza que muestran las exportaciones manufactureras es muy relevante. Esto es resultado de la política de diversificación de la oferta exportable en la que estamos empeñados y del trabajo de profundización y aprovechamiento de los acuerdos comerciales. Invito a los empresarios a seguir trabajando juntos en este proceso”, señaló la ministra Gutiérrez. El incremento de las ventas externas manufactureras en febrero estuvo impulsado por diferentes bienes. Productos como equipos de transporte (148,3%),  manufacturas de caucho (112,5%), abonos (97,6%), equipos y materiales fotográficos (93,1%), manufacturas de corcho y madera (89%), plásticos en formas primarias (78,5%), hierro y acero (51%), edificios prefabricados (46,5%), manufacturas de minerales no metálicos (46,3%) y productos medicinales y farmacéuticos (38,9%), entre otros, impulsaron esta clase de ventas. En cuanto al sector de las exportaciones agropecuarias y de alimentos se destacan productos como: pescado (155,9%), azúcares y preparados con azúcar y miel (111,7%), tabaco y sus productos (77,4%), aceites y grasas fijos de origen vegetal (71,6%), pienso para animales (50,7%), carne y preparados de carne (45,9%) y bebidas (42,5%), entre otros. Por otro lado, las exportaciones totales colombianas en el primer bimestre aumentaron 13,9 % al compararlas con igual periodo de 2017. Las manufactureras crecieron 20,5%, las agropecuarias y de alimentos 17,7% y las de combustibles 15,3% en los dos primeros meses del 2018. Argentina, con un incremento de 158%, Paraguay (133,2%), Canadá (135,4%), Austria (119,7%), Francia (83,4%), Corea del Sur (40,5%), Costa Rica (15,7%) y Estados Unidos (4,6%) son algunos de los socios comerciales a los que más crecieron las exportaciones colombianas en los dos primeros meses de este año.

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